Ante la pregunta: ¿Qué harías si se
termina el mundo?, creo que la mayoría
responderíamos: salir corriendo al
encuentro del ser amado. Pero yo creo
que si lo pensamos mejor, lo que
quisiéramos hacer es pedir perdón.
Como si necesitáramos
descargar la mochila,
soltar eso que nos pesa
tanto para poder irnos en
paz.
Va más allá de la culpa.
Son remordimientos,
que no se detienen hasta no
comprender que tu vida es
lo que vos hiciste en ella.
Podemos vivir años acallando los
remordimientos por lo que
hicimos mal, pero en algún
momento, éstos vendrán a
buscarnos, como fantasmas
del pasado.
Más que el olvido, nos
aterra que nos recuerden
mal. Los remordimientos
son el miedo de haber
pasado por este mundo sin
despertar un poco de amor
a los demás.
Los remordimientos tienen
la nostalgia de una puesta
de sol: se termina el día, y
todo lo que no hiciste, ya no
lo podrás hacer… y lo que
hiciste, no lo podrás
cambiar.
Más terrible que el remordimiento por lo que
hicimos mal, es el remordimiento por lo que no
hicimos. Eso, es imperdonable.
El remordimiento es sabiduría que llega al
final , es un intento de que no sea demasiado
tarde.
No se detiene. El remordimiento
no se va a detener hasta que
comprendas.
La culpa no nos deja vivir en paz,
pero los remordimientos, no nos dejan
morir en paz.
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