Estamos enfermos de desencanto,
nos convencimos de que nada tiene
sentido, que no vale la pena luchar
por nada porque nada vale la pena.
Si no podemos encantarnos con la
vida, estamos fracasando.
La vida no perdió su encanto. Fuimos nosotros los
La vida no perdió su encanto. Fuimos nosotros los
que perdimos el gusto por la vida. Perdimos la inocencia,
la capacidad de asombro. La fe en el futuro.
Perdimos la iniciativa. El hambre de progreso.
Perdimos la iniciativa. El hambre de progreso.
Las ganas de cambiar lo que hay que cambiar.
El desencanto es la mejor arma de los más corruptos,
El desencanto es la mejor arma de los más corruptos,
de los villanos de la historia. El desencanto nos aísla,
nos encierra, nos separa, nos vacía de sueños.
Una generación desencantada es una generación
Una generación desencantada es una generación
de muertos en vida.
Para volver a encantarse, para volver a creer en la magia,
Para volver a encantarse, para volver a creer en la magia,
esa generación debe saber que no está sola.
Debe saber que es necesaria, importante, decisiva para
Debe saber que es necesaria, importante, decisiva para
otras generaciones, pasadas y futuras.
Debe saber que lo que encanta de la vida, no es el
Debe saber que lo que encanta de la vida, no es el
mundo que se recibió, sino el que podemos dejar.
Para encantarse con la vida, una generación necesita
Para encantarse con la vida, una generación necesita
rebelarse.
El desencanto se contagia fácil, y encanto es un trabajo
El desencanto se contagia fácil, y encanto es un trabajo
de hormigas. El encanto, nos necesita a todos, haciendo
lo que amamos y amando lo que hacemos. -
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