Sentirse Vivo
Cuando te detenés a mirar
el mundo, a observar la
belleza que nos rodea;
cuando amás a una chica o
a un chico; cuando te reís
hasta que no podés más
con tus amigos; cuando
hacés lo que amás hacer;
cuando viajás a un lugar
que no concés; cuando
escribís una canción;
cuando se te acelera el
corazón ante una mirada;
cuando hacés el amor… te
sentís vivo.
Pero no es sólo la felicidad
la que te hace sentir vivo;
sino saber que dejás un
testimonio de tu vida.
Saber que cuando ya no
seas, algo de vos seguirá
vivo en los que vendrán.
Pero si sabés que no hay
futuro, que nada de lo que
hagas, ningún legado que
dejes, ninguna contribución
que hagas, te va a
sobrevivir; si sabes que todo
se termina… ¿es posible
sentirse vivo?
Las cosas que nos hacen
sentir realmente vivos son
las cosas que vencen a la
muerte, las que perduran en
el tiempo. Porque el éxtasis,
la felicidad, es trascender.
Es en ese momento cuando
todos somos eternos.
Y estamos vivos de verdad.
De todas las formas de
egoísmo, la peor, es no
pensar en los que vendrán.
Sin ellos, sin la noción de
que la vida es un ciclo sin
fin, nada tiene sentido.
Te sentís vivo, no cuando la
vida pasa, sino cuando vos
pasás por la vida. Cuando
perdés el miedo amorir, y a
vivir. Te sentís vivo cuando
sabés que cada momento
es único, irrepetible. Cuando
sabés que nada empezó
con vos, y nada terminará
con vos.
Sólo sabiendo que habrá un
mañana es que podremos
vencer a la muerte, y
sentirnos vivos.